jueves, 26 de agosto de 2010

Los hermanos, una historia bíblica

 
Los hermanos

He cometido el gran error de mi vida al ceder mis derechos de primogenitura a este hermano que detesto por un mísero y repelente plato de legumbres.

Yo, que abomino de las lentejas.

Pero eso es lo que tiene dejarse llevar por el acaloramiento, la envidia y el orgullo.

Bueno, y el hambre.

4 comentarios:

  1. Final, redondo.

    (Me ha venido bien la sonrisa que he esbozado. Andamos mohínos, por asunto triste.)

    Un abrazo.

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  2. Jajajajaja, ains, con lo buenas que son las legumbres, Elías, Elías.

    Un placer leerte como siempre.
    Ando perdida, abro el 1 de septiembre un gimansio que me trae loca. En cuanto me regularice, me tienes puntual como un reloj suizo.

    Un abrazo.

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  3. Antonio: pues aunque sólo sea por eso, por la sonrisa en estos momentos mohínos, ha merecido la pena colgarlo en el blog.

    Un fuerte abrazo.

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  4. No, Lola, si a mí me encantan las lentejas.
    Pero fíjate la que liaron con aquellos dos.

    Suerte con la empresa "muscular".

    Un beso.

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