La primavera ha llegado como un abeja llamando a la ventana. La Bina se ha quitado las botas y camina descalza detrás de su cabra. El sol se enhebra en la aguja que tiene entre los dedos la Filomena. Pinela el campesino ha dicho basta y ha enterrado la azada. También mi hermano ha dejado de trabajar pero, de vez en cuando, se levanta porque cree escuchar los pálpitos del telégrafo. Una hierba nueva ha asomado la cabeza por entre las costras del patio para que yo me sienta aún más viejo. Y yo la he aplastado con el pie como si fuera una cucaracha. (La miel, 1981)
Elías Moro (Madrid, "cosecha" del 59). Jugaba al baloncesto. Ahora quiere a sus mujeres (4) y a sus amigos, lee lo que le dejan, escribe como puede, baila salsa (aunque lo que le gusta de verdad es el tango). Algún enemigo tendrá también por ahí, no voy a decir que no. Estado actual: escéptico.
TESTIGOS DE CARGO
"Cuando escribes te manchas de ti mismo". Tomás Sánchez Santiago Foto de Guillermo Gallego