Para el padre Botella, terror de
mi infancia, el señor lo tenga en su gloria por los siglos de los siglos, amén
Jesús.
Venga,
espabila, y a lo que estamos: acaba el rezo de una vez, que no tengo todo el
día.
Si
además eso no vale para nada, ya te lo digo yo.
Y
si no, a ver si te libra de esta.