domingo, 31 de enero de 2016

Transeúnte



Transeúnte. Bípedo con mucho tiempo libre por delante dado a deambular por las calles y plazuelas de su villa sin rumbo cierto, propósito definido ni útil finalidad. Gusta de fijar su ociosa atención en urbanas bagatelas: insulsos rótulos de comercios, forja municipal a ras de suelo, cornisas maltratadas por la incuria más feroz, pavimento irregular… antes que en aquellas que, de sentido común, realmente merecerían la pena: la gracia o rotundidad de las formas femeninas, la limpidez o grisura del cielo, el rostro de sus semejantes, el porte arbóreo y animal…
Es sujeto propenso a la charla insustancial e inoportuna, cuando no malintencionada, con cualesquiera de sus conocidos, o no, que tengan la mala fortuna de tropezarse con él en su zángana caminata.

viernes, 29 de enero de 2016

Naranja, jugo


De la brutalidad de exprimir una naranja, la delicadeza de su jugo.

jueves, 28 de enero de 2016

Tienes mi palabra


Después de una noche memorable de champán y sexo, y mientras la veía vestirse, yo aún desnudo sobre la cama, tuve un arranque de romanticismo:
-Un día de éstos te voy a matar a polvos, tienes mi palabra -le dije.
-Ya -contestó ella, riendo-; habrá que ver si tienes huevos para tanta tortilla -remató con su estilo peculiar, sutilmente sarcástico, siguiendo la estela romántica de la conversación.
Y se fue tan tranquila la tía, con esa risita tonta que me pone de los nervios.
Cuando salió del portal, sospecho que riéndose todavía, me asomé al balcón con el saco de cemento que sobró de la obra de la cocina y se lo lancé encima desde el noveno piso.
Acerté, por supuesto.
Yo siempre cumplo mi palabra; pregunte si no, pregunte usted por ahí a ver si es mentira.

miércoles, 27 de enero de 2016

Escatología


Zurullo, mojón, boñiga, churro, plasta…
Resulta casi enternecedora la inventiva del idioma español para descubrir términos con los que nombrar la mierda.
Por no hablar de la fértil variedad de ciertas expresiones jocosas propias al caso que nos ocupa: plantar un pino, tengo un pedo de los que pesan, voy a fabricar un muñeco de barro…
Enternecedor, ya digo.
Y el que esté libre de truño que se tire un cuesco de los buenos.

martes, 26 de enero de 2016

Funeraria



Funeraria. Negocio con clientela fija de por vida gracias a la muerte.

lunes, 25 de enero de 2016

"Cobrar pieza"


"Cobrar pieza" es una expresión típica del mundo de los cazadores. Y ayer estuve yo haciendo precisamente eso: cobrando piezas. No iba, no temáis, con escopeta, canana en bandolera, munición del 12 o rehala de podencos triscando alrededor y dispuesto a coser a tiros a todo bicho viviente -terrestre, vólatil, reptiliano incluso- que se cruzara en mi camino, sino pertrechado con abrigo y bufanda liviana y más por precaución que porque hiciera frío, que no lo hizo en absoluto.
Y cobré, sí, unas cuantas piezas para echar en el morral: lo hice en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Badajoz. Llegué temprano al coto; de hecho, alguno de los puestos no estaban abiertos todavía y cazadores se veían pocos, por no decir ninguno. No me importó, antes al contario: de ese modo pude disponer de tiempo y espacio, sin apreturas ni empujones, para mirar y remirar a mi gusto en los estantes y montones de libros que a la vista del ocioso y viandante lector se ofrecían.
He aquí lo que pude echarme al morral tras de fatigar el coto arriba y abajo dos o tres veces: un Camba, un Gómez de la Serna, un Llamazares, un Sender, un Rubert de Ventós, un florilegio de citas sobre el mundo del libro y la escritura y un antiguo romance de Torga -"Vindima"- en su idioma original, publicado en Coimbra, muy fatigado ya por el tiempo y sin embargo, después tantos años, intonso aún, sin haber conseguido hasta ahora la fortuna de un lector.
¿Qué por cuánto me salió la broma, que cuál fue el dispendio, desembolso, derrama, roto en el bosillo o la cartera? Pues no os lo vais a creer, pero esas siete piezas me salieron por menos de 4.500 de las antiguas pesetas.
Y encima apalabré con uno de los libreros pacenses otra pieza que quería cobrar y tras la que llevaba un tiempo: las "Charlas de café" de Ramón y Cajal. Y también por "cuatro perras", como suele decirse.
Con un poco de suerte, en dos semanas lo tengo en casa.

Lesión


Tenía tan poca costumbre en hacerlo que a las primeras de cambio se lesionó pensando.