Hipocresía. Loba
con piel de cordero, piedra angular de las relaciones humanas desde que el
mundo es mundo.
Utilizando un símil boxístico, la
hipocresía vendría a ser un peso pesado y la sinceridad, su contrincante natural, un
peso mosca. No desentonaría el abuso de poder en el siempre ingrato papel de árbitro.
Así que ya os podéis figurar cuál suele ser el resultado habitual del pugilato y el estado del perdedor.
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