viernes, 21 de diciembre de 2018

2 joticas de barberos


"Robadas" a mi querido José Luis Melero


El barbero de mi pueblo
cuenta historias de terror:
pone los pelos de punta
y así los corta mejor.

* * * * *

El barbero de mi pueblo 
ha puesto en su barbería:
"Se afeita y se corta el pelo
tan bien que paice mentira".




lunes, 10 de diciembre de 2018

Torga


“Un hombre es la juventud que queda dentro de él".
Miguel Torga

sábado, 8 de diciembre de 2018

2 "morerías" nuevas


 La Vespino es una Vespa que se excedió con la dieta.




El sol no necesita despertador, siempre se levanta a su hora.

martes, 4 de diciembre de 2018

El algodón no engaña (21)


Beba Kas y nada más.


A mí plin… yo duermo en Pikolín.

Casero


Casero. Ambicioso rentista cuyo único mérito conocido es el de ser el cargante propietario de la vivienda miserable que ocupas. Está demostrada empíricamente su habilidad tanto para establecer absurdas prohibiciones -nada de chicas, nada de fiestas, nada de alcohol…- que ningún inquilino en su sano juicio piensa cumplir en cuanto se haga de las llaves y ponga los pies en la casa, cuanto para escaquearse vilmente, y con una maestría sorprendente en semejante patán, de sus obligaciones contractuales: reparar desperfectos, arreglar goteras, cambiar el calentador…
Pretende además, por sobre su pesadez de metomentodo, que le abones por ello una cantidad mensual a todas luces desproporcionada con relación a la porquería del alojamiento arrendado.
Es altamente recomendable la escasez en el trato con semejantes especímenes.

Imagen: fotograma de El inquilino (1957) de Francisco Nieves Conde 

sábado, 1 de diciembre de 2018

¡Mis libros!



No soy un lector de tendencias, géneros, estilos, movimientos… Soy un lector de autores. Y aún esto último me atrevo a ponerlo en solfa. Soy un simple lector. 
Habrá quien piense, estoy seguro, que qué manera de leer es esa. Pues síganlo pensando, caballero, señorita, pero no me lo digan pues no pienso hacerles ningún caso.
¡Déjenme en paz con mis libros!

jueves, 29 de noviembre de 2018

Zeta


Z. Zopenco, zambo, zamborotudo, zangarrón, zampapalo, zanguayo, zaborra, zullón… 
Como podéis comprobar sin mayor dificultad, da más de sí de lo que parece esta última letra de nuestro alfabeto para el insulto y el denuesto. A lo mejor, a causa del cabreo porque la hayan puesto al final de la cola cuando se cree con méritos suficientes para estar en un puesto más airoso y honorable que en ese indigno farolillo rojo.

domingo, 18 de noviembre de 2018

"Fili mei"


Con prólogo y edición de José Luis Trullo, ya está en casa este magnífico "Fili mei", bellamente editado por Libros al Albur.
Editor y resto de autores me han hecho un hueco para disfrutar de su compañía mientras reflexionamos, cada uno a su modo y manera, de esa experiencia vital que es la paternidad.
Para abrir boca:



"Su hijo es quien más se le parece, pero no sabe nada de él. Su hijo es quien más se le parece, pero no sabría reconocerlo".
Jordi Doce Chambrelan
*
"Tan solo me consuela un pensamiento,
el tiempo de que de mí se escapa
rumoroso fluye hacia ti".
León Molina
*
"Los hijos que no se ocupan de enterrar a sus padres comienzan pronto a desnacer".
Mario Pérez Antolín
*
"Título. El título de padre es uno de los pocos que se otorgan antes de haber demostrado nada".
Luis Acebes
*
"Ayer, cuando me abrazaba, fui el plano exacto de la idealización. la isla del tesoro de sus cuentos".
José Luis Morante
*
"Padre, tú que no has dado la sangre y el pecho a tu hijo, dale tu aliento y tus principios"..
Jesús Cotta
*
"No traicionaré la patria en que has convertido a tu madre; única que reconozco y en la que enajeno, voluntariamente, mi identidad".
Juan Manuel Uría Iriarte
*
"Ser padre es contemplar cómo crece otra memoria".
Jesús Montiel
*
"Uno empieza a envejecer sólo cuando sus hijos pierden su niñez".
Emilio López Medina
*
"No sobrevivir a mis hijas: ese es mi plan".
Elías Moro

martes, 13 de noviembre de 2018

2 nuevas "morerías" animales


El calamar cambia de traje porque se ha puesto perdido de tinta.

*

La sanguijuela es el perro de presa de las lombrices.


jueves, 1 de noviembre de 2018

"Yo que bellotas comí..."


"Yo que bellotas comí,
y pan y galletas vos, 
gusanos ambos a dos
nos han de comer aquí".

"¡Oh, Muerte llena de daños,
que a los más seguros matas 
y a quien te llama dilatas 
con mill trabajos estraños!;
son tus lazos tan tacaños
que a los alegres enlazas
y a los tristes amenazas
y dexas bivir mill años!".

(Diego Sánchez de Badajoz  1479-1549)

domingo, 30 de septiembre de 2018

Imitando a Charlot


Me acuerdo de que Charles Chaplin fue derrotado sin paliativos en un concurso de imitadores de “Charlot”.

martes, 25 de septiembre de 2018

Serrucho


Serrucho. Utensilio propio del ramo de la carpintería que plagió su aspecto de la dentición de los escualos elasmobranquios más feroces (léase, tiburones). 
En manos de alguno de sus propietarios, dicho instrumento da hasta más miedo que el pez citado.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Sidecar


Me acuerdo de las motos con sidecar donde a veces familias enteras se apiñaban para ir de excursión.
Cuando se pasaron al coche, esas mismas familias decían que iban de pic-nic.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Cita


Cita. Encuentro dispuesto con antelación entre dos o más personas en el que alguna de las partes, cuando no las dos, tiene la fea costumbre de llegar siempre tarde al compromiso previamente contraído. O no llega, dejando a la otra con un palmo de narices y un cabreo de no te menees.
En una conversación, tertulia o escrito, mención que se hace de las palabras ya dichas más sabiamente por otro para apuntalar una tesis o argumento, pero con un tono de suficiencia y pedantería tal si se nos hubiera ocurrido en ese preciso momento y como quien no quiere la cosa.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Bragas- (oído por ahí)


"Eres más basta que unas bragas de esparto".

sábado, 1 de septiembre de 2018

"Retórica para zurdos" (bis)


Extracto de otro volumen del mismo título publicado por la Editora Regional de Extremadura en su colección de Ensayos Literarios en 2010, esta nueva edición de “Retórica para zurdos” de José María Cumbreño (recién salida de las prensas liliputienses de la Isla de San Borondón), es un breve y delicioso paseo (aunque a veces también un tanto amargo) alrededor de las motivaciones, propósitos y consecuencias que conllevan los actos de leer y escribir, vistos desde la particular óptica del autor.
Particular, sí, pero no por ello excluyente; antes al contrario, muchas de estas reflexiones poéticas y aforísticas pueden ser compartidas (en mi caso lo son) por quienes también enfrentamos esas tareas de vez en cuando con un cierto entusiasmo.
En apenas sesenta páginas (y en las que tipográficamente cada una de ellas es única y diferente a las demás -otra vuelta de tuerca con respecto a esa primera edición que antes citaba-) Cumbreño regala a los lectores todo un tratado sobre el hecho (tantas veces gustoso, tantas otras frustrante) de juntar palabras para dotarlas de un nuevo sentido.
Un librito para leerlo despacio.
Y luego, si acaso, escribir sobre ello.

Tres ejemplos:

Juguetes de cuerda

Los malos libros son como los juguetes de cuerda: en cuanto el lector termina la última línea, se quedan parados.

*
Escribir

Enhebrar un aguja con los ojos cerrados.

*
Cada vez escribo menos

Cada vez escribo menos.
Cada vez me da más vergüenza escribir.
Por lo general, se piensa que la inseguridad suele ser el lastre de quien empieza, aunque quizá el momento en que se duda de verdad llega después.
Al principio las cosas sencillamente se hacen.
Luego uno empieza a preguntarse no tanto por qué las hace (cualquier palabra, convenientemente golpeada, se convierte en una excusa), sino a quién cree que va a engañar con todo esto.



domingo, 19 de agosto de 2018

El algodón no engaña (20)


Soberano, ¡es cosa de hombres!


Lejía Guerrero, lava la señora, lava el caballero.

lunes, 13 de agosto de 2018

Cosecha del 59 (16)






Antonio Carmelo P. Mendo (4 de julio)


martes, 17 de julio de 2018

Picar carne


Tengo una máquina de picar carne. 
Precios módicos. 
Descuentos a grupos.

lunes, 16 de julio de 2018

Melocotón, piel


En la piel del melocotón rememoro su piel; en su pulpa, su beso.

miércoles, 20 de junio de 2018

"Tú, vosotras y ellas" (poesía erótica)


Alegría mañanera en el buzón: mi querido Pedro Ojeda me envía este hermoso volumen colectivo en edición bilingüe portugués/español con poemas, ilustraciones, fotografías y esculturas que orbitan alrededor del erotismo.

Como muestra, os dejo aquí uno de los de Pedro: 

Ácido fresco y rojo

Ácido fresco y rojo,
un puñado esparcido de grosellas
sobre tu piel desnuda
y rodarlas con lengua
sobre tu pecho libre y amdreselva
jugando con el hambre fruto a fruto
de mi boca a tu boca como ofrenda.

Venía además con el precioso añadido de una postal que reproduce una fotografía fechada en Lyon en 1872 de los inventores del cine, los hermanos Lumière (Auguste et Louis), cuando eran infantes.


viernes, 15 de junio de 2018

jueves, 7 de junio de 2018

Cortejo


Ese cortejo de los pájaros en el aire, ese vuelo enloquecido y esperanzado, ese alado frenesí.

jueves, 31 de mayo de 2018

La mosca de Tosansan


“Mosca, emblema atroz de la perseverancia”.


lunes, 21 de mayo de 2018

Truenos, gorjeos



Ayer cayó en Mérida una chupa de agua -mezclada con algo de granizo- bastante curiosa.
Y me acordé de este breve texto de Algo que perder:

Cuando el trueno se calla se sigue escuchando el gorjeo de los pájaros. O lo que es lo mismo según la sabiduría popular: Después de una gran tormenta, una gran serenidad.

domingo, 20 de mayo de 2018

Naufragios


Esas naves desdichadas que nunca llegan a buen puerto. 
Y quien dice naves, dice vidas.

domingo, 6 de mayo de 2018

Nómada en Béjar y Plasencia


Ayer estuve nomadeando un poco por las tierras altas extremeñas y las bajas salmantinas: con la fresca de la mañana me puse en marcha desde Mérida camino de Béjar para encontrarme después de más de un año con mi querido Luis Felipe Comendador, alias "Pipe", alias "Abuelo Canillas Blancas". 
Fui a llevarle unas cajas de libros fruto del expurgo que vengo haciendo en mi biblioteca desde hace tiempo y contribuir de esta manera con mi granito de arena (también me traje algunas cosillas de su mercadillo -un Max Aub, un Baroja, un jugador de futbolín de plomo, un pequeño hipopótamo de ébano, cojo de la siniestra, para mi bestiario particular, unos curiosos posavasos de cuero y cobre chilenos para regalárselos a mi hermano, una antigua esquila de oveja con un hermoso sonido...) al proyecto solidario (SBQ El Humanismo Pequeñito) en, y con, el que lleva batallando desde hace un montón de años casi sin tregua.

Alrededor de la hora del vermú, ya me encontraba en la Feria del Libro de Plasencia para presentar mi "De nómadas y guerreros" bellamente editado (aunque a Gonzalo no le guste el interlineado entre versos, jejeje) por Mario Quintana en LeTour1987.

Ofició de maestra de ceremonias con tino, suavidad y cariño, Judith Rico (me gustó mucho esa referencia a mi nacencia vallecana), a quien con estas líneas le doy las gracias por sus amables palabras. Y por allí mariposeaba también con su inquietud habitual Nagore, hija de Judith y mi "pequeño amor" placentino.

En la presentación, hice una especie de lectura comparada y compartida entre mi libro y esos otros dos de la imagen final ("Estampas de ultramar", de Aníbal Núñez y la "Antología de Poesía Primitiva", compilada por Ernesto Cardenal) y de los que le considero deudor en gran parte.

Entre el público, muy queridos amigos (Álvaro Valverde y Yolanda, Gonzalo Hidalgo Bayal, Álex Chico, Nicanor Gil y Julia, Juan Ramón Santos y Fátima, Jorge Ávila, Puri y Manuel -padres del gran Víctor Peña Dacosta-...) y un buen puñado de espectadores anónimos y atentos.

Rematamos como mejor supimos (procuré no alargar la cosa para no cansar al respetable), firmé algún que otro ejemplar y luego nos fuimos de bares y tapas, ea. 
Entre unos y otros, la cosa se alargó hasta casi la madrugada, no os digo más.

Muchas gracias a todos por regalarme tan hermosa jornada en vuestra compañía.


martes, 24 de abril de 2018

Greguerías en "La Rinconada"


Este pasado domingo celebré de manera medio imprevista y sorpresiva un fantástico Día del Libro por anticipado. Rodeado de la estupenda gente que veis en la fotografía (miembros todos del Club de Lectura de la Biblioteca "Torrente Ballester" de Salamanca), y en el lugar que dicen "La Rinconada", nos metimos entre pecho y espalda una barbacoa de mar y monte: verduritas variadas, chocos, pollo a la portuguesa -con cilantro- y costillas a la brasa, regadas todas las viandas con cerveza y el rico vino de la tierra extremeña.
Luego, en la sobremesa, improvisamos una especie de "taller literario" con la lectura de algunas de mis "morerías" y la escritura por parte de los oyentes de las suyas propias: la autora de la greguería ganadora -Mari Luz- se llevó como premio el libro "liliputiense" firmado por todos los asistentes.
La sobremesa, con la tarde dulce pasando lentamente, se alargó casi hasta las nueve de la noche entre risas, cante de coplas y romances, historias varias de unos y otros y viejas palabras en desuso.

Reproduzco a continuación el total de greguerías que surgieron "al amor de la lumbre", con la ganadora en primer lugar.

El juego que más le gusta a mis llaves es el del escondite.

Los zánganos son los gigolós de la naturaleza.

Los libros son las ventanas a las que nos asomamos para evadirnos de nuestro destino.

La corchea le dijo a la negra “nos vemos en el tresillo de tu casa”.

Las alubias con liebre es una comida muy ligera.

Por falta de ingenio, aflojas la mosca.

¡Cóncavo¡ ¡Convexo!, discutían uno enfrente del otro.

Tus ojos son las gafas de cerca con las que me miro. Mis gafas son los ojos de lejos con los que me miras tú.

El cielo es el lienzo de los poetas nocturnos.

No todas las preposiciones son deshonestas.

La falta de ideas se plasma en el papel en blanco.

La música es literatura que no necesita de traducción.

¡Mil gracias a todos -con mención especial a mi queridísima Isabel Sánchez, perfecta anfitriona en tan bello lugar- por el regalo de este maravilloso día, una de esas jornadas para atesorar en la memoria.


domingo, 22 de abril de 2018

Por la boca...


Como a la gran mayoría de los que presumen de matones y perdonavidas se le ha ido la fuerza por la boca, nunca mejor dicho.
Día sí, día también, iba largando por ahí a quien quisiera escucharle que en cuanto me encontrara me iba a hacer no sé qué y no sé cuántos, que si esto, que si lo otro...
Unas amenazas espantosas, no os podéis figurar las barbaridades que soltaba por esa boquita.
Menudo fanfarrón.
Tuve que cerrársela para siempre con el bate de béisbol.
¿Se lo estaba buscando o no?

Foto: Weegee

miércoles, 11 de abril de 2018

Un casco lleno de piojos (Simic)



"El mundo estaba envuelto en llamas y yo me dedicaba a sacarle ruidos chirriantes a mi violín. El niño Nerón. Una vez, de camino al mercado, pasé junto a una cuneta llena de gente a la que le habían cortado el cuello. Después cogí piojos por ponerme un casco alemán.
Esta es una historia que se contaba siempre entre los miembros de mi familia. Recuerdo aquellos inviernos posteriores a la guerra en los que pasábamos hambre y frío. Nos acurrucábamos todos en torno a una estufa de carbón y charlábamos preocupados sobre nuestra situación hasta altas horas de la noche. Tarde o temprano, inevitablemente, alguien sacaba a colación mi casco alemán infestado de piojos para relajar el ambiente con un toque de humor. A los mayores se les llenaban los ojos de lágrimas de tanto reír. Un muchacho lo bastante tonto para andar por ahí con un casco alemán lleno de piojos. ¡Está plagado de ellos! ¡Hasta un ciego los habría visto!
Yo les escuchaba sin decir nada, fingía que me hacía tanta gracia como a ellos, afirmaba con la cabeza mientras para mis adentros me decía que no eran más que un puñado de imbéciles. Ellos, por supuesto, no tenían ni idea de cómo me había hecho con el casco y no iba a ser yo quien se lo contase.
Fue al día siguiente a la liberación de Belgrado. Estaba en el recinto ferial junto a la iglesia de San Marcos con unos muchachos mayores que yo, sin mucho que hacer, husmeando por ahí. Entonces, de pronto, los vi: dos soldados alemanes, obviamente muertos, tendidos en el suelo. Nos acercamos para verlos mejor. No tenían armas. Les faltaban las botas, pero había un casco que había caído al suelo. No recuerdo qué hicieron los otros, pero yo fui directo a por el casco. Me acerqué de puntillas procurando que los soldados muertos no despertaran, mientras mantenía la mirada apartada. No llegué a verles la cara, aunque a veces tengo la sensación de que sí se la vi. De todo lo demás que sucedió en aquel momento guardo un recuerdo intensamente claro".

De La vida de las imágenes (Charles Simic), Vaso Roto, 2018



jueves, 29 de marzo de 2018

Cuero / Sebo


Me acuerdo de que el cuero nuevo de las botas de vino se ablandaba con sebo de caballo.

viernes, 16 de marzo de 2018

Dos poemas de Verónica Aranda


AL LIL*

I

He aprendido a nombrarte bajo los apagones,
cuando sabemos que la noche es llaga,
patio interior, furtivos alhelíes.

No se explican los claustros
sin la fragilidad de los ayunos
y versículos nómadas. La lluvia
cayendo torrencial sobre los bulevares
no impide que nombremos el amor
en ciudades extrañas
donde asumimos dos identidades:
laurel, nocturnidad, que nos arraigan
en la raíz del miedo primigenio.


II

Vendrá la noche y me traerá tus ojos,
pequeños intervalos de licor,
toda la lejanía de las lenguas semíticas.

Vendrá la noche cruel y tabernaria,
seremos como extraños que se dan cita a ciegas
en el café París. Vendrá la culpa,
unos besos furtivos
en algún mirador de la montaña,
donde la oscuridad del arrabal
nos hace vulnerables
y nos ladran los últimos mastines
y somos fugitivos
por la cornisa de los jazmineros.

*  Del árabe, la noche.