Ayer cayó en Mérida una chupa de agua -mezclada con algo de granizo- bastante curiosa.
Y me acordé de este breve texto de Algo que perder:
Cuando el trueno se calla se sigue escuchando el gorjeo de los pájaros. O lo que es lo mismo según la sabiduría popular: Después de una gran tormenta, una gran serenidad.
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