Ante la hoja en blanco, inmaculada, pura y virginal, hay escritores
que se enamoran al instante, la cortejan, la seducen, se casan con ella…
Otros, en cambio, dan rienda
suelta a sus instintos más bestiales y se lanzan sobre ella con las pasiones
desatadas, sin freno ni marcha atrás, sin pensar en las consecuencias.
El resultado, como no podía ser
menos, es en muchas ocasiones casi una violación en toda regla.
Muy inspirador... Me quedo por aquí
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