Te dije una y mil veces
que nunca me han gustado, que no se te ocurriera comprármelos, que a mí los tacones
no me quedan bien, que me machacan los pies y me fastidian la columna.
Pero tú nada, tú a lo tuyo, erre que erre con que si son muy elegantes, que sí, tonta, que tú es que no entiendes de moda, que te van a gustar, que ya verás qué bien te quedan, decías.
Y encima cerrados y de punta, con lo malo que es eso para los pies.
Y tantas qués, tantas qués, que mira que te gustaban las qués.
Siempre tenías que llevar la última palabra.
Pues esta vez no; que sepas que no me han gustado.
Pero tú nada, tú a lo tuyo, erre que erre con que si son muy elegantes, que sí, tonta, que tú es que no entiendes de moda, que te van a gustar, que ya verás qué bien te quedan, decías.
Y encima cerrados y de punta, con lo malo que es eso para los pies.
Y tantas qués, tantas qués, que mira que te gustaban las qués.
Siempre tenías que llevar la última palabra.
Pues esta vez no; que sepas que no me han gustado.
Además, que donde se pongan unas manoletinas cómodas...
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