Oliva
en la concha del molusco del acantilado,
en el desamparo de las herramientas sin uso,
en la tragedia del mutilado y el impotente,
en el estrépito antiguo de las migraciones,
en la alegría del paraguas que besa la lluvia,
en la triple raíz del granito,
en el sosiego de la palmera y el nenúfar,
con la soberbia del ignorante.
En las pupilas
ResponderEliminardel musgo de los siglos;
enredaderas.
Hoy, te regalo el haiku que me inspiró tu "oliva". Me encantan tus poemas de los colores, pero eso ya lo sabes.
Un beso, poeta.
Si cada verso es definitorio, el que cierra lo hace con fuerza y belleza, y concentra la precisión (y, al tiempo, sugerencia) que los anteriores proponen. Mi felicitación.
ResponderEliminarY, con tu permiso, resaltar ese haikú de Paloma, bien traído y mejor resuelto.
Un abrazo a ambos.
"Besar la lluvia", qué maravilla, ya lo noto y la sensación es tan agradable...
ResponderEliminarBello.
Un saludo
Perfecta la relación de esa foto preciosa y el poema.
ResponderEliminarQué gusto leerlo en esta mañana de domingo dominguero de calor y playa, uf, tan difícil para quienes somos nórdicas y poco playeras. Gracias por ese refresco, Elías. Un abrazo.
Durante la sobremesa vine visité su casa y leí varias veces este poema tan hermoso, intentando encontrar algún significado para escribir un comentario algo coherente, pero desistí.
ResponderEliminarHace diez minutos abrí la página de El País y leo: Millones de aves buscan olivas e inmediatamente me he acordado de su poema.
Bueno seguramente no tenga nada que ver con su precioso poema. Me ha gustado mucho.
saludos.
Querida Paloma: acepto encantado ese hermoso regalo que me haces en forma de haiku.
ResponderEliminarSólo espero que sigan gustándote esos "poemas de colores".
Habrá más.
Besos.
Antonio: en toda esa serie de poemas (que encierran algunas claves a la vista) intento que ese último verso sea como dices.
ResponderEliminarla cosa estáen conseguirlo.
Y el haiku de Paloma, precioso.
Abrazos.
Gracias, Ada, por tu "visita vacacional" y tu comentario.
ResponderEliminarA ver cuando podemos, de verdad, "besar la lluvia".
Un abrazo.
Querida Isabel: tú siempre tan atenta y amable conmigo.
ResponderEliminarSi te ha sido refrescante el poema, perfecto.
Besos.
Gracias, lemaki, por tu comentario.
ResponderEliminarAcaso no sea necesario buscarle significado a todo, acaso sea mejor dejar que las cosas lleguen porque sí.
Como esos pájaros que buscan olivas.
Un abrazo