El día en que no devolviste aquella sonrisa fue el primero de tu decadencia.
El argumento del cretino lleva siempre en sus palabras la semilla de lo falso.
El erotismo es a la lujuria lo que la guinda al pastel:
un refinamiento delicioso.
Cuando te obligan a elegir una dirección, una de tus dos mitades se queda sin destino.
Coda: La chica de la sonrisa es Alba, mi hija pequeña.
La fotografía es de Julio Paniagua Jiménez.
Los aforismos geniales. Y tu hija guapísisma; bellezón.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Paloma, por el elogio y el piropo.
ResponderEliminarAdjetivos ambos que podrían estar perfectamente dirigidos a tu poesía y a tu hija.
Otro para ti.
En realidad, son cinco aforismos. Bellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esta sonrisa que nos traes tan paternalmente, es preciosa, esta llena de vida, ¡enhorabuena Elías!, por tan valiosa expresión de vida en tu hija.
ResponderEliminarEn esos aforismos, uy, lo que podríamos hablar de ellos, harían falta un café muy intenso y una extensa tarde.
De todos modos tus entradas, siempre vienen salpicadas de interesantes reflexiones.
Un fuerte abrazo Elías.
De acuerdo contigo, Daniel; y el más bello, sin duda, el de la foto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues la chica de la sonrisa, Lola, se quiere ir el próximo curso a terminar la carrera en Málaga.
ResponderEliminarAsí que a lo mejor es posible esa conversación sobre los aforismos no tardando mucho.
Me encantaría.
Un beso.
Imagino que tendrás amistades en Málaga, pero no dudes en darle mi dirección y mi tlf por si necesita algo.
ResponderEliminarY claro que será un placer conversar sobre esos aforismos. Yo encantada.
Un abrazo.