Lo maté porque no sabía hacerse el nudo de la corbata.
El día de su boda y no sabe ni hacerse el nudo de la corbata, hay que joderse, dónde vamos a parar.
Pero le juro por lo más sagrado que fue sin malicia alguna, nada más que por ayudar.
El caso es que verlo manipular tan toscamente aquella pieza de seda italiana (llegada directamente desde Milán para la ocasión) con sus manazas inhábiles, fue superior a mis fuerzas, casi me arranca las lágrimas el penoso espectáculo.
-Trae, hombre, que no sabes ni hacer la o con un canuto.
-La o sí -respondió frescachón: lo que no sé hacerme es el nudo de la corbata.
La seda resultó de la variedad más escurridiza. Parecía una serpiente de agua con un ataque epiléptico. No había manera de que el jodido nudo se quedase quieto en su sitio.
Cada vez más nerviosos los dos porque la hora de la ceremonia se nos echaba encima y mi hermanita del alma no es de mucho esperar que se diga, empecé a apretar, a apretar, a apretar... y cuando me quise dar cuenta le había cascado la nuez.
Sí, señor juez, lo maté; sin querer, ya le digo, pero lo maté de un apretón, las cosas como son.
Ahora, que el nudo, al final, clavao, eh, no me lo negará: con todo este trajín, y no se ha movido ni un milímetro.
Me quedó de cine: un Windsor de campeonato, que da gloria verlo.
A ver cuándo ha visto usted un muerto con un nudo igual, tan elegante, tan en su sitio, en tan perfecto estado de revista.
Y aunque ya sé que mi hermana no me lo va a perdonar en la vida, digo yo que a efectos legales esto contará como atenuante, ¿no?
Sin duda, "atenuante" clavao.
ResponderEliminarAún me río. Muy bueno.
Un abrazo.
Eso mismo pienso yo, Antonio. Un atenuante de libro.
ResponderEliminar¿Sabes? Este fue el primer "desliz" que cometí.
Pero le fui cogiendo el gustillo y ahora soy un peligro público, de gatillo fácil, de navajazo certero.
Un abrazo.
Elías
Estupendo, Elías. Es que lo de los "cuñaos" tiene delito.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ay, los cuñaos!, qué peligro.
ResponderEliminarEn cuanto te descuidas te cae un inútil que no sabe ni hacerse el nudo de la corbata.
Pa matarlo, vamos.
Un abrazo.