Me acuerdo del grito de guerra del bandido Fendetestas en la película El bosque animado: “Alto ahí, me caso en Soria”.
Y de Fiz de Cotovelo, el ánima errante, que llevaba los bolsillos llenos de la tierra de su sepultura.
Me acuerdo de que Carlos Gardel, setenta años después de su muerte, siempre tiene un cigarrillo encendido entre los dedos de la estatua que señala su tumba en el cementerio bonaerense de “La Chacarita”.
Y de que cada día que pasa, canta mejor, ché.
Hermosa manera de recordar. ¿Sabes que en mi última novela publicada Carlos Gardel tiene su "papel"? Qué cosas.
ResponderEliminarLola me ha dicho que tiene algo de tu parte para mí. Ya te contaré en cuando pueda verla.
Gracias, es todo un detalle que te acordaras de esta pesada visita.
Un abrazo.
El bosque animado..., para no salir de él. Cuerda de hecho no pudo y se tuvo que quedar a vivir por allá. Buenos "mementos", Elías.
ResponderEliminarBuenos recuerdos, sí señor. Un abrazo.
ResponderEliminarNo olvides acordarte que me gusta.
ResponderEliminarBeso doble ;-)
Que Gardel canta cada día mejor, no hay quien lo niegue. Y que ese Bosque, desde que asistimos a su proyección en la pantalla, está en nosotros, tampoco. Y que a partir de ahora, el tango sonará en "nuestro" Bosque, tenlo por seguro. Gracias a ti, claro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a ti, Mercedes, por tus visitas y comentarios.
ResponderEliminarMe hubiera gustado conocerte pero imagino que ya habrá oportunidad.
Espero que te guste ese detalle.
Dime título y editorial de ese libro tuyo.
Intentaré hacerme de él.
Un abrazo.
¡Qué buena peli ésa, Alfredo!
ResponderEliminarMe encantó. La veo casi todos los años y le sigo encontrando momentos estupendos.
Un abrazo.
Me alegro de que te hayan gustado, Su.
ResponderEliminarUn abrazo.
No me olvido, Paloma, no me olvido.
ResponderEliminarOtros dos para ti.
Está muy bien, Antonio, eso de que el tango suene por el bosque.
ResponderEliminarSeguro que a "Fendetestas" le gustaría.
Abrazo.
Creo mi querido amigo Elías, que si existe la reencarnación, en mi vida pasada fui un tango. Siempre dije que aprender a bailar el tango es algo que tengo que hacer pase lo que pase en mi vida.
ResponderEliminarAhora en este negocio que me tiene al límite a veces, tengo la oportunidad de hacerlo.
El tango es tan tan especial para mi.
Esta entrada es como todas muy interesante, enriqucedora y además para mi llena de entusismo.
Un fuerte abrazo.
Querida Lola:
ResponderEliminarYo llevo un tiempo aprendiéndolo.
Es díficil, muy difícil, pero, mal que bien, me voy apañando con el tango porteño, el que me gusta, bastante más que el de salón.
El día que lo consiga -si lo consigo- habré cumplido uno de mis sueños.
Un beso.
Dos coincidencias más, Elías;-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues dos alegrías más, Olga.
ResponderEliminarOtro para ti.