martes, 4 de marzo de 2014

La agonía...


La agonía, no la muerte.
La pérdida repentina o paulatina de dignidad, no la muerte.
El dolor inmenso y pertinaz, malvado, royéndote por dentro, no la muerte.
Y no acabar de morirse de una vez por todas llegados a este punto.
Eso es lo terrible, no la muerte.

3 comentarios:

  1. Pues sí, eso es lo terrible y angustioso. Y lo peor es que no depende de nosotros el poderlo evitar.

    Acertada reflexión, Elías.

    Un abrazo.

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  2. ¡Cuánta razón! Todo eso y más es peor que la muerte. Me gusta tu blog.

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  3. En otras palabras lo terrible es sentirse mal.

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