Hace
unos días mi amigo Jordi Doce me envió un sobre por correo que contenía tres
números del suplemento cultural ElCuaderno y un libro -Dualidad.
Antología poética-, de una poeta desconocida por mí hasta ese momento, Julia
Hartwig. Con ese apellido a cuestas, al pronto pensé en que fuera inglesa o
estadounidense. Pero no, resultó ser una poeta polaca.
En
uno de los suplementos, concretamente el nº 51, venían publicados los dos poemas
siguientes; el primero, de la autora polaca; el otro, de Sebald, de quien
también desconocía su vena poética pues hasta entonces solo lo había leído en
prosa.
Y
la casualidad de que ambos hablaran de Beethoven en sus poemas es lo que me ha
llevado a publicar esta entrada. Eso, y el recuerdo del Opus 131 del genio
alemán.
El manuscrito
En
la casa natal de Beethoven
puede
verse, expuesto en una vitrina, un autógrafo del compositor
repleto
de tachaduras y correcciones.
Es
la carta en la que pide a un poderoso príncipe que acepte
la
sinfonía que acaba de concluir.
Ninguna
composición de este genio
muestra
sobre el papel huellas de un esfuerzo como el que trasluce esta carta,
dirigida
al soberano de un pequeño Estado a quien hoy ya nadie recuerda.
(Bonn, junio de 2000)
[De
Dualidad. Antología poética, Vaso Roto Ediciones, 2013]
(Traducción de Antonio Benítez Burraco y
Anna Sobieska)
Mölkerbastei
La
habitación de Beethoven
está
ahora ordenada
Los
cuadros derechos
las
cortinas lavadas
y
todas las semanas
se
les saca brillo a los suelos
Han
quitado sin embargo
el
sillón
tras
el piano
A
pesar de eso viene a veces
de
noche y compone algo
de
pie
Con
prescripción eso sí
de
la trompetilla
para
oír
(Inédito - Traducción de Xabiero
Cayarga)
Os
dejo con el 5º movimiento (Presto) del
Concierto para cuerda nº 14 en Do sostenido menor, opus 131, de Ludwig van
Beethoven.
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