Hace 4 años
lunes, 25 de octubre de 2010
Tuareg
Tuareg
Dátiles, dagas y dunas.
El hombre azul se yergue despacio
y contempla la noche que confunde
la materia del cielo y las arenas.
Mañana, el sol hará caminos de oro
y las ubres de las camellas
serán la sal de la vida.
Hoy, quieto en el minuto triste
de las bestias que mugen en lo oscuro,
pernocta en la paz perfecta.
Elías Moro (Inédito)
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Nada envidio más que el silencio. Me imagino por esos desiertos...
ResponderEliminarHermoso texto.
Precioso retrato del tuareg que vive en esa calma de arena que le arropa. Azul, ocre, dulce, noche... Magnífico el ritmo suave que imprimes a tus palabras.
ResponderEliminar(Precisamente escribía yo días atrás sobre "Tuaregs en mi ascensor" como imagen de los hombres de arena, mudos, sin mirada, con los que tropezamos a diario en el ascensor.)
Un placer.
Saludos cordiales
Maravillosos los misterios de los hombres azules, esos ojos que hablan en el silencio del desierto.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un saludo.
El silencio, Mercedes, ese lujo en estos tiempos estruendosos que sufrimos.
ResponderEliminarUn beso
Maravilloso el conjunto de poema y fotografía.
ResponderEliminarUn abrazo Elías