Dejamos las cosas para
mañana en la seguridad de que existirá ese mañana para nosotros. ¡Ah,
infelices! Como si el futuro no tuviera otra cosa que hacer más que estar
pendiente de nuestros tumbos y caprichos, de nuestras apetencias y proyectos. Como
si el tiempo por venir tuviera que tenernos en cuenta para algo en su
transcurso.
Hace 4 años
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