viernes, 27 de septiembre de 2013

Plá, el nacionalismo y yo (con perdón)



“El nacionalismo es como un pedo, que a todo el mundo le huele mal menos al que se lo tira.”

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Nacionalismo. Irracionalidad inherente a ciertos imbéciles fundamentada en el hecho casual de haber nacido en un lugar concreto y no en otro cualquiera.

Uno de sus múltiples desatinos es el de seguir como borregos en celo un trapo ondeante de variados colores llamado bandera al que otorgan estatuto y facultad de símbolo.

Con el paso de los años, gracias a su facilidad de contagio y alimentado a conciencia por el fanatismo, la incultura y la arrogancia, semejante disparate puede acentuarse hasta extremos inimaginables.
Llegados a este punto de no retorno, suele acarrear nefastas consecuencias para sus convecinos y habitantes de regiones y países limítrofes y aún de continentes enteros.

2 comentarios:

  1. En mi opinión, no podría estar mejor definido.

    Abrazos

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  2. Soy tradicional pero me tengo prohibido ser tradicionalista.
    Acabo de ver un partido de fútbol entre el Almeria y el Barça. Si se independizan tendrán que jugar la liga correspondiente, ¿no es cierto?

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