Milonga al amigo fiel
En mi largo andar y andar
un perro supe tener;
tan humano que, a mi ver,
solo le faltaba hablar.
Además, en mi rodar,
un cariño tuve yo,
pero pronto se cansó
de mi sentida pobreza
y se fue con su belleza…
pero mi perro quedó.
Tuve un amigo a quien di
lo mejor de mi amistad:
le entregué sin falsedad
lo mejor que vive en mí.
Pero pronto comprendí
la crueldad con que pagó
pues cobarde se llevó
mi perro en su cobardía;
él no ha vuelto todavía…
pero mi perro volvió.
Muchos amigos vinieron
otros amores también;
y por mi mal o mi bien
como vinieron se fueron.
Muchas penas me trajeron
y mi ser ensombreció;
mas la suerte tuve yo
de ver que todos pasaron
y solito me dejaron…
pero mi perro quedó.
Un grande Horacio!
ResponderEliminarUn gusto visitar tu blog Elías.
Saludos.
Dan ganas de gritar:
ResponderEliminar¡Ponga usted un perro en su vida!.
Saludos