sábado, 5 de marzo de 2016

Castrillón (José María) en Cáceres

 
Ayer, en la Biblioteca Pública de Cáceres, asistí a una lectura poética de las que se recuerdan para siempre: José María Castrillón -a quien ¡por fin! conocí personalmente después de años de trato en la distancia- hizo una revisión de sus poemas que sólo puedo calificar de magnífica: honesta, sincera, humilde, sin impostura ni afectación algunas... Conmovedora, en suma. 
Dándole la voz a la poesía y no a la pose, al hombre y no al personaje, con breves introducciones a cada texto para situar al oyente en el contexto creativo del poema y que disfrutara como se debe de tan alta poesía, José María Castrillón (Avilés, 1966)  nos mantuvo absortos en el eco de su voz poética. El absoluto silencio en la sala mientras sus palabras fluían hacia nosotros fue la prueba evidente de lo que digo.
Como regalo añadido, la inteligente y cómplice presentación de Javier Pérez Walias también aportó ese plus tan necesario a veces -y tan superfluo y cansino, otras- en este tipo de actos.
 
José María Castrillón, un poeta limpio y necesario. 
 
Vean si no es cierto lo que digo:
 
mis hijos

lavé sus cuerpos
como una perfección más de la vida


supe entonces que pulía la piedra
donde caerá
su silencio


pero ellos aún aman en las bañeras del sueño
las manos de su padre


(de Gramos. Ediciones Trea, 2010)


 


2 comentarios:

  1. Cuánto me alegra leer tu entrada, Elías. Sabía que habría feeling... Castri es un tipo grande, grande. Abrazo, J12

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  2. Ha sido tal y como lo cuento, querido Jordi: un auténtico placer escuchar a Castri. Y poder abrazarlo después de tanto tiempo.

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