-Menudo pájaro estoy
hecho -decía, orgulloso de su habilidad para escamotearse de cualquier peligro
que lo acechara.
-Me largo volando -se
despedía también en ocasiones.
-Volando voy, volando vengo -nos soltaba también a veces, flamenco y postinero.
-Volando voy, volando vengo -nos soltaba también a veces, flamenco y postinero.
Pero la verdad es que
no volaba en absoluto.
Lo pudimos comprobar cuando
lo arrojamos desde la terraza: manoteaba torpemente en el aire, sin gracia
alguna, justo antes de estamparse contra el suelo en un aterrizaje que podría
tildarse de poco ortodoxo.
Uf, casi he oído el ruido del aterrizaje. (Guiño cómplice).
ResponderEliminarAbrazos.
Me largo volando... Menudo pájaro estoy hecho... ¡Qué pesao! Y encima, mentiroso. Anda y que le den.
ResponderEliminarAbrazo (cómplice)