martes, 26 de noviembre de 2013

Requiescat in pace



Ergo, verbi gratia, quid pro quo, res non verba…
Se burlaba de nosotros soltándonos latinajos de continuo aquí y allá, sin ton ni son, vinieran o no a cuento.

Le advertí varias veces que no jugara con aquello, que todo tiene un límite, que la paciencia no es infinita.

Es evidente que no hizo caso del consejo.

Por consiguiente, y en consecuencia, dura lex, sed lex, cuando lo sorprendí de nuevo in fraganti con su jerga incoherente de seminarista preconciliar le introduje ipso facto, ejerciendo una presión ad hoc, un fino cilindro metálico de buido extremo (léase estilete) in pectore.

Ahora sí que tiene lengua muerta para rato.

1 comentario:

  1. A grandes males, grandes remedios. Y a otra cosa, mariposa.

    Una vez más, diste en la diana (guiño cómplice).

    Abrazo.

    ResponderEliminar