La
niebla, la niebla por las calles y recodos de mi vida, tensa y compacta como la
piel de un tambor vista desde dentro.
La
niebla errante, temblorosa y fría: como si todos los fantasmas de la ciudad que
me habita y arrastro conmigo -lastre gris, incorpóreo- hubieran salido juntos de paseo esta noche y no
supiesen encontrar el camino de regreso a casa.Imagen: Brassaï
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