Respuesta de un niño de unos seis o
siete años al ser preguntado acerca de qué le gustaría hacer de mayor:
“Arreglar rotondas”.
Sorpresa, estupor, risas e incredulidad
ante la infantil y espontánea salida.
Y el caso es que no va tan desencaminado
el chaval.
Que buena falta les hace un apaño.
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