lunes, 30 de diciembre de 2013

Óbolos


Le puse las monedas en la mano y cuando preguntó, mirándolas extrañado, que para qué eran, le respondí que para pagar a Caronte mientras le seccionaba limpiamente la yugular.


En un gesto reflejo, apretó el puño con las monedas. 


No se le fueran a caer y se quedara en tierra de nadie.

2 comentarios:

  1. Hombre, Elías, que estamos en Navidades..., que afán por limpiar... (dicho con guiño cómplice). Nuevamente, agudo micro.

    Un abrazo.

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  2. Ni Navidades ni ná, querido Antonio. Cualquier día es bueno. ¿Y qué mejor que limpiar al final del año para comenzar el siguiente más ligero de equipaje indeseable?

    Abrazo

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