Gorrón.
Contrariamente a lo que su nombre pareciera indicar a bote pronto, no estoy
hablando de un sombrero enorme en tamaño, sino de un individuo versado en saquear,
merced a sorprendentes peticiones y préstamos sin devolución con toda clase de métodos
arteros y pretextos fabulosos, los bolsillos y carteras de los cándidos sujetos
que caen en sus redes.
Si bien nunca son escasos, en épocas de crisis el
número de los fulanos citados se incrementa de manera exponencial hasta adquirir
proporciones de plaga.Fig. Sablista. Y no precisamente de los que practican esgrima.
Foto: Patrice Molinard
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