Siempre que hay niebla en mi ciudad una de las cosas que se me vienen a la mente es el
célebre poema de Carl Sandburg con el mismo título.
Poema
que leí por primera vez en la versión que del mismo hizo José Emilio Pacheco en
su antología “Tarde o temprano”, editado por Fondo de Cultura Económica en su
colección Letras Mexicanas.
Niebla
Con
silenciosos pies de gato
llega
la niebla.
Mira
sentada el puerto y la ciudad
y
luego se levanta y se retira.
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