El que uno esté
muerto no quiere decir que no afilen el bisturí o pongan un poco más de maña y
dedicación a la hora de cortar y coser.
El que uno esté
muerto no les da derecho, me parece a mí, a andar enredando como si nada y sin
decencia alguna en mis partes pudendas.
El que uno, en
fin, por fin esté muerto, no les autoriza a tratarme como si fuera un yogur
caducado o un triste y reseco escalope que se mete sin más en el frigorífico.
Me parece,
cuando menos, una falta de respeto, qué quieren que les diga.
Pues sí!!
ResponderEliminarMe gusta mucho Elías!
Saludos,
Sandra.