Las arcadas que no te provocan
situaciones terribles o monstruosas -hambre, guerras, odio y destrucción
enseñoreándose de gran parte del mundo todos los días…- las hace efectivas con
toda facilidad algo tan insignificante como un pelo en la boca enredado entre
tu comida, molesto náufrago pringoso de salsa y de saliva.
Hace 4 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario