“Es una persona de carácter”, "tiene mucho carácter", "¡qué gran carácter!"... se suele decir
con admiración de alguien queriendo resaltar con ello que posee una fuerte personalidad, digna de encomio.
¿Y eso qué? ¿Es que acaso no tenemos
cada uno el nuestro, la nuestra, tan legítimos y respetables, tan ramplones y anodinos como los de
cualquiera?
El carácter está muy sobrevalorado.
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