Con el cuidado con que se
dobla
la ropa recién planchada,o se coloca una flor en el agua de un jarrón,
o se enciende una vela contra la oscuridad,
o se lee la carta largo tiempo esperada,
o se abraza al amigo recuperado
así me enfrento cada día
a mis pequeños fracasos:
con el exacto silencio de no decir nada,
entorpecido por la sombra
que me sigue pegada a los pies,
malherido como un perro
que sólo descansa de madrugada.
(De Abrazos, Escuela de Arte de Mérida, 2006)
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