Hoy ha sido para mí un lunes poético: cuando me he acercado al isntituto de Mérida donde imparte sus clasaes para tomar uno de nuestros periódicos y estupendos cafés en su compañía, José María Cumbreño se ha presentado con sus tres últimos libros "liliputienses y ultramarinos" en las manos: Argentina (Susana Szwarc) y México (Javier Raya y un colectivo de siete cuates) han encontrado acomodo en mi mochila con el agradecimiento eterno que le debo a Chema por todo el afecto y generosidad que me demuestra de continuo.
Para rematar el "desayuno poético", al llegar a casa me esperaba en el buzón lo último de un "irlandés" de Melilla trasterrado en Sevilla: El bosque sin regreso, de Antonio Rivero Taravillo, un "siltoliano" ya por partida doble (o triple, ahora no lo recuerdo bien).
¡Necesito un año sabático para ponerme al día con las lecturas pendientes!
¡Pero ya!, como decía aquel que fue a la iglesia a pedir paciencia.
Mil gracias a ambos. Y también, claro, a Ediciones Liliputienses y Ediciones de la Isla de Siltolá (lo que es lo mismo que decir Javier Sánchez Menéndez) por hacer posible estos hermosos libros.
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