Picao
de viruela, bastante morocho,
encrespao el pelo lo mismo que mota,
un hondo barbijo en su cara rota,
le daba el aspecto de taita matón.
De carácter hosco, bien fornido y fuerte,
afrontó el peligro cual bravo titán;
jamás tuvo miedo ni aún ante la muerte
porque era muy hombre “El Tigre Millán”.
Pobre
Tigre que una noche en Puente Alsina
dos cobardes lo mataron a traición.
Era guapo, de esos guapos bien temidos
cual la punta desgarrante de un facón.
Mala suerte, pobre Tigre, siempre tuvo
en cuestiones de escolazos y de amor.
Pues no era bien parecido
y fatalmente metido
con la mujer que adoró,
nunca fue correspondido
y ella al fin lo traicionó.
Cuentan que una noche, bramó como fiera
en un entrevero que hasta hoy se comenta;
repartiendo hachazos era una tormenta,
mostró su coraje venciendo a un malón.
¡Parece mentira que hombres de su laya
mueran siempre a manos de un ruin cobardón!
¡Hoy la muchachada, Tigre, te recuerda
y aquella cobarde llora su traición!
Elías Moro (Madrid, "cosecha" del 59). Jugaba al baloncesto. Ahora quiere a sus mujeres (4) y a sus amigos, lee lo que le dejan, escribe como puede, baila salsa (aunque lo que le gusta de verdad es el tango). Algún enemigo tendrá también por ahí, no voy a decir que no. Estado actual: escéptico.
TESTIGOS DE CARGO
"Cuando escribes te manchas de ti mismo". Tomás Sánchez Santiago Foto de Guillermo Gallego
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