Hoy
se cumplen 80 años de la muerte por problemas hepáticos de Fernando
António Nogueira Pessoa (1888-1935) en un hospital de
su ciudad natal, Lisboa.
Ocho décadas después yo quiero recordarlo hoy con
este hermoso poema de un muy querido amigo, José María Cumbreño Espada, no
solamente porque sea de él sino porque el poema me parece, ya digo, muy bueno.
En nueve versos, toda una biografía depurada.
El poema fue publicado hace unos meses en un libro
colectivo -50 escritores- editado de
manera primorosa por una pequeña editorial cuyo catálogo es todo un tesoro de
bellezas: Papeles mínimos, que con
tanto tino como mimo tipográfico dirige Imanol Bértolo.
Octubre (Drama em gente)
Con
su madre hablaba en un idioma extranjero.
Sus
hermanos eran hermanos suyos sólo a medias.
La
lengua en la que aprendió a hablar no era la lengua en la que luego escribió.
Escribía
en medio de una multitud, pero vivía solo.
Escribía
de pie. Escribía de noche.
Su
único amor lleva el nombre de una heroína suicida.
Se
mudó más de veinte veces dentro de la misma ciudad.
Jamás
salió de Lisboa. Aunque varias veces llegó al fin del mundo. Y regresó.
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