Hace un rato, al abrir el ordenador y revisar los correos acumulados desde ayer, me encuentro por sorpresa con este antiguo poema mío caligrafiado de manera primorosa por mi amiga Alejandra Caballero.
Yo no tenía ni idea, pero son este tipo de gestos hechos desde la generosidad y el cariño los que te llegan muy adentro.
Escribo estas letras todavía bajo el asombro y la alegría que ahora mismo me embargan.
Gracias, Alejandra, por esta hermosura.
Precioso Elías, un placer leerte.
ResponderEliminarÁngela