Tengo
frío. Desde que ella no está, echo en falta su calor, su abrazo, su perfume.
Cuando
él me asfixia o me golpea, según su sueño o su rabia, tengo frío. Mucho.
Y me horroriza esta eterna funda negra que parece una mortaja para el luto de
su ausencia.
Magistral, Elías.
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