La tristeza de los trenes pasando en la noche, dejando estelas de luz mortecina en los páramos oscuros habitados por pueblos habitados por el olvido, acallando la voz de los sapos en celo, espiado por cárabos insomnes desde torres en ruinas.
Atraviesa el tren la madrugada con gritos de animal agonizante.
Y el sueño llegándole al viajero como si fuera una muerte pequeñita.
Cuánto se puede decir con pocas palabras si las llenas de contenido. Muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué bonito, tío.
ResponderEliminarEs un poema que escribí hace mucho tiempo (cuando los viajes en tren duraban toda la noche si ibas un poco lejos).
ResponderEliminarEntonces te daba tiempo a pensar,trabar efímeras amistades con tus compañeros de vagón, perder la mirada en lo oscuro...
Me alegro de que os haya gustado.
Abrazo