Madrid, 1966
el Madrid ganó la Copa de Europa,
estrené pantalones largos,
mi padre dejó de fumar.
Ni una sombra de inquietud
turbaba mi ánimo entonces;si acaso la leve desazón
de ignorar hacia dónde vamos,
esa urgencia por descubrir asuntos
que a saber de qué nos servirían.
Sí, fue un año estupendo aquel:
mi amada se llamaba Consuelo y tenía siete años.
La alineación de aquel Madrid finalista, ha sido la única que me he aprendido de memoria en mi vida. Y aquel partido de la final, aún lo recuerdo como si fuera ayer. Tu poema, que, por supuesto, va mucho más allá de la anécdota de la 6ª del Madrid, me lo ha traído a la memoria.
ResponderEliminarUn abrazo,