Ya están aquí estrenando la temporada. Todos los años por estas fechas, vivimos varias jornadas en que lo primero que ves al tirarte de la cama y subir las persianas es un niebla cerrada como culo de muñeca, densa como melaza, hostil como animal herido y hambriento.
El apelativo hace referencia a Santa Eulalia, la patrona de Mérida, virgen y mártir por los tormentos y perrerías que, dicen, le hicieron los romanos que habitaban estas tierras hace dos milenios por no abjurar de su fe cristiana cuando era apenas una niña. Se "celebra" el 10 de diciembre. Y es habitual, decía, que durante varios días la niebla tape con su manto húmedo la ciudad y sus aledaños. El río Guadiana, con su manso y demorado fluir, también tendrá algo que ver. Vamos, digo yo.
Durante mi primer año de estancia por aquí, escuché el siguiente refrán a propósito de este fenómeno atmosférico, tan romántico y otoñal:
"Mañanitas de niebla, tardes de paseo".
Pues eso, a pasear, que viene bien para orear los pensamientos.
Elías, mi padre, que siempre fue muy pragmático, terminaba ese refrán apostillando: ... si no llueve o nieva., y así lo repito yo siempre.
ResponderEliminarPor aquí (en este caso será el Tajo) también andamos metidos en días de niebla, aunque, por el momento, el sol puede poder con ellas a media mañana.
Un abrazo.