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Polvorón. Con sus compinches mazapán, turrón, y otros adláteres de menor enjundia y categoría (garrapiñadas, peladillas, alfajores, guirlache…), y embozados todos ellos con azúcares y golosinas varias, comando gastronómico navideño capaz de causar enormes estragos en las papilas gustativas y el sistema digestivo de sus confiadas víctimas con sus alevosos atentados.
Ya, ya... pero ¿quién se resiste a la tentación?
ResponderEliminarsobre todo en estas fiestas en que el paladar recuerda y vuelve a desear el sabor de esos días.
Felices recuerdos y feliz presente.