(Abreviatura de Gato agujero, su denominación más común hasta hace pocos años). Esta variedad excepcional de gato doméstico tiene como rasgo distintivo desaparecer en los silencios de la música y las conversaciones, así como en el silencio que rodea a las cosas y las personas. Desaparece tan violenta y súbitamente como aparece, lo que le convierte en personaje popular de cuentos e historias de terror. Vive de las palabras de sus dueños, pues las necesita para adensar y dar sentido al silencio en el que con frecuencia se refugia. Esto le convierte en un inmejorable animal de compañía, atento e interesado por todo lo que se dice a su alrededor, dispuesto a escuchar cualquier confidencia por larga e íntima que sea. Por desgracia, nunca se le ha tenido en gran estima por lo imprevisible de su comportamiento y el carácter poco ortodoxo de sus ocupaciones. Quedan pocos ejemplares, pues, a pesar del número creciente de palabras pronunciadas, su variedad disminuye progresivamente, así como el silencio, que en estos tiempos difíciles ya casi nadie practica.
Jordi Doce
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