Polideportivo. Moderno atentado urbanístico contra la estética sufragado con fondos del erario público. Es vox populi que dicho adefesio arquitectónico, pensado, se supone, como lugar de solaz y disfrute para los habitantes de un municipio, suele resultar de la conjura entre un constructor perturbado y un alcalde o, en su defecto, el concejal de Obras y Urbanismo, insensato e incapaz, cuando no prevaricador además de corrupto.
Bajo ciertas condiciones climatológicas,
tampoco demasiado extremas, y en virtud del expolio y trapicheo cometidos con
la calidad de los materiales de construcción por obra de contratistas y subcontratistas
sin escrúpulos para la obtención de rápidos beneficios, dicho engendro
arquitectónico tiene la desagradable costumbre de venirse abajo con estrépito
llevándose por delante a sus sufridos usuarios.
Esta definición es válida también en lo
que atañe a salas de concierto, palacios de congresos, museos, centros sociales
o culturales, geriátricos…
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