Incauto. Epíteto
que ni pintado para quien recurre a un abogado o al servicio de atención al
cliente de alguna compañía de servicios:
eléctrica, bancaria, telefónica, de seguros… con la ilusoria pretensión de
solucionar un problema generado por las mismas (léase timo, estafa, pillaje,
rapiña…).
Si la cuestión en disputa es solventar
por las buenas alguna avería técnica, malo, ármate de paciencia; si de lo que
hablamos es de restituir a su legítimo dueño una cantidad arteramente saqueada
de su cuenta corriente por alguno de estos malignos entes corporativos, todavía peor: en
este caso, tal demanda adquiere, por improbable, cuando no imposible de llevar
a buen puerto, caracteres de quimérica.
Algunas leyendas urbanas cuentan de
particulares que han salido triunfantes de aprietos similares, pero tales
patrañas no se han podido demostrar de manera fehaciente, debido a lo cual su
crédito es escaso.
La parte más débil en una querella o
trámite de reclamación.
En argot, primo, pardillo, pringao.
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