sábado, 13 de abril de 2013

Como si tu mano...



Como si tu mano acariciase el borde de mis deseos, tal que una rosa desprendida de su cárcel vagando por el aire en busca de tus labios, de aquella manera que hace al orfebre amar el silencio de la gema que talla bajo la luz de su gas.

Así te nombro: impávida y triste como tarde de otoño, como ese destino que nos incluye en su pasaje, irremediable como un naufragio que el mar a su antojo se cobra.

Yo he visto días que se derrumbaban sobre mí como viejos edificios, jornadas que eran de limo porque no estabas, la espuma triste del litoral abatiéndose sobre mis ojos en noches de penuria inacabable.

Y he oído, lo sé, un rumor de piedras muriendo.

3 comentarios:

  1. Imágenes muy hermosas, de gran sutileza y verdad.
    Salud

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  2. Además de hermosas, nos hacen ver que lo que más recordamos es lo que no hemos vivido y sí deseado. Tiempo habrá, digo yo.

    Saludos

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  3. precioso, Elías, y triste, y otra vez precioso. Gracias. Un gran abrazo

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