jueves, 7 de abril de 2011

Sin prisas


A uno -llamadme antiguo si queréis- le gustaría de vez en cuando viajar en calesa, en simón, en tílburi, en diligencia, incluso.

A uno -llamadme antiguo de nuevo- le apetecería conversar de vez en cuando de cosas insustanciales con el viajero de enfrente (tal vez un vendedor de perfumes o lencería fina, un tahúr, un juez de paz, un espadachín…), requebrar a la muchacha de al lado (virginal, inocente) ignorando por igual el traqueteo del vehículo y “la carabina” que la acompaña en el viaje con la sola misión de preservar su virtud, recriminar al cochero y a su ayudante para que dejen de cantar a voz en grito esas canciones de borrachos y meretrices mientras arrean a las caballerías.

Y para añadir algo de emoción al viaje -llamadme antiguo definitivamente-, ser asaltado alguna vez por una partida de bandoleros de trabuco o unos fieros pieles rojas tran unas buenas persecución y balacera.

4 comentarios:

  1. Te imagino perfectamente en diligencia, alto, serio, perplejo ante los indios...

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  2. Y con vosotros dos de compañeros, Olga, Javier, el viaje sería magnífico del todo.

    Abrazos.

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  3. Isabel Román07 abril, 2011

    ¡Antiguo!
    Eso de la señorita candorosa y virginal, ufff... Y con carabina al lado... que no, que no y que no.
    ¡Qué criaturas más raras, los hombres; quién los entiende!
    Te mando un buen golpe con la culata, y un caderazo para que te caigas de la diligencia, simón o tílburi. A ver qué dices desde el suelo, grandullón.

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