
En todos los tendederos colgados de los balcones -que en muchos de los casos, y de manera incomprensible, se encuentran junto a la salida de humos de las cocinas- ondean alegremente ropas variopintas y multicolores puestas a secar: calcetines junto a pañuelos, servilletas anudadas a camisones y pijamas, prendas de vestir y de cama jugando a rozarse y separarse por efecto del aire en una danza errática y enloquecida, mariposeantes bailarinas de trapo en un cromático caos de movimientos aleatorios.
Estéticamente, una visión poco afortunada, por no decir espantosa. Humanamente, resultan tiernos esos calzoncillos y camisas, esas enaguas y pantalones secándose al sol con todas las vergüenzas al aire sin vergüenza alguna.
Imagen: http://aguasabajo.blogspot.com/
El toque multicolor ante la "inspiración" del arquitecto.
ResponderEliminarNo me gusta, pero lo prefiero al gris repetido de los bloques.
Un abrazo.