lunes, 11 de abril de 2011

En barrena


Tú, escritor, eres como ese piloto de avión en su carlinga, indefenso del todo y atado a su asiento eyectable, cayendo en barrena después de ser alcanzado por las balas durante la escaramuza, mientras el lector -omnisciente, omnipotente- se adentra sigiloso en tu libro -cabe decir en el campo de batalla- con el dedo sobre el pulsador.

Si al final lo pulsa, te salvas.

Si no, ya sabes lo que te espera; una buena ración de disparos y un golpe morrocotudo contra el suelo después del más estrepitoso de los fracasos.

2 comentarios:

  1. Hermosa, didáctica y acertada comparanza. Pura delicatessen.

    Un abrazo.

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  2. Quizá el éxito consista en haber volado por los cielos que uno quería alcanzar. La presencia del lector, es sólo la constatación de que alguien nos acompañó en la travesía.

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