Consideración.
Último
y enternecedor detalle que tienen nuestros enemigos al consentir en morirse. En
justa correspondencia, y para que nadie pueda decir que somos unos
desagradecidos con el difunto, nunca está de más pasar por el tanatorio o el
cementerio como quien no quiere la cosa y llevar unas flores a su tumba, no importa
si de plástico o tela basta ya que tales adminículos no son más que una excusa, para cerciorarnos a fondo de la veracidad del hecho y festejarlo a la salida como la ocasión merece.
Hace 4 años
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