lunes, 22 de abril de 2019

Canto XV (Tonino Guerra)


Hacia finales de marzo
vimos una nube negra sobre el valle y las montañas.
Una nube que estaba allí parada
y no iba hacia adelante ni hacia atrás.
A veces era redonda, pero después se estiraba
hacia arriba y parecía un tonel o un almiar
o una culebra que no acababa nunca.
Luego se abría como un abanico
y el aire parecía estar lleno de moscas.
Mi hermano y yo y los demás pensamos
si no serían estorninos que venían de Rusia.
De repente formó una esfera oscura,
densa, color de plomo, que daba un sombra larga
sobre el valle. Empezó a rozar la tierra
pero luego volvía a subir y allá donde tocaba
dejaba una mancha clara, igual que las cenizas 
de un incendio.
Y poco a poco el valle,
antes verde de hierba y de sembrados,
se fue quedando blanco como las caras 
cuando tienen miedo,
hasta que por fin la nube saltó los montes
y desapareció.

¿No serían langostas?

(La miel, 1981)

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