En
la ropa del padre perdura un olor
que
no se ha borrado del todo
con
el paso de los años,
lo
que intacto permanece
en
el transcurso de los deseos
quizás
sea ese el olor de la nostalgia,
algo
como canela enmohecida
al
fondo de la alacena,
una
isla de galleta en el tazón de la leche,
los
dos duros del domingo,
el
arrebatado beso al final de la película
que
nos devolvía a la realidad
Es un verdadero placer leete. No dejes de hacerlo. Abrazos.
ResponderEliminarBlanca.
Mil gracias por tus palabras, querida Blanca. Intentaré seguir en la brecha. Beso.
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